Aunque no lo creas, una buena conclusión de un proyecto es primordial y fundamental para la correcta formulación y desarrollo del mismo de forma académica. Si ya llegaste a la porción más inferior de tu trabajo, es hora de que enfoques tu mirada en la creación del mejor cierre posible.
Es en este punto tan importante, donde quedarán plasmados muchos aspectos que son realmente indispensables para que el lector quede complacido total y completamente. Aquí es donde se efectúa el cierre final que hará que las personas hayan comprendido a totalidad el fundamento del trabajo. Aprende cómo poder hacerla perfectamente.
¿Qué es la conclusión de un proyecto?
Una conclusión como lo dice su nombre, es una reflexión final que ofrece al lector del texto un adecuado cierre. Es decir, se hace notar abiertamente que hasta ese punto ha llegado el contenido.
En ese apartado podrán encontrarse todos los hallazgos tanto positivos como negativos de dicho proyecto en cuestión. Es aquí donde serán sintetizados todos los resultados obtenidos y el alcance que tuvieron cada uno de sus objetivos tanto generales como específicos.
Fundamentalmente, el proyecto en este punto debe dar todos los elementos que sean necesarios y suficientes para poder demostrar lo obtenido como resultado final. Debe manifestar al lector con total claridad, todas y cada una de aquellas características que hicieron posible el proyecto o la investigación en cuestión.
Una buena conclusión de un proyecto otorga la posibilidad de mostrarle a la persona que lee el texto, la perspectiva actual del autor que lo realizó. Esto con la finalidad de darle una mejor cabida al entendimiento personal de todo aquel que decida nutrirse de conocimiento con dicho trabajo de investigación.
Conclusiones vs. Recomendaciones
De la mano con la conclusión de un proyecto van siempre las recomendaciones del mismo, incluso en algunos casos no se distinguen una de la otra. Sin embargo, es importante mencionar que las conclusiones y las recomendaciones no son más de lo mismo, sino mucho más que sólo eso.
Una se fundamenta primordialmente en la otra, ya que en las recomendaciones es donde el autor detalla todas aquellas sugerencias originadas en el proceso de efectuación. Esto puede o no tener que ver con aspectos relacionados al tema abordado en sí.
Este apartado deberá ser de gran interés, sobre todo en el ámbito académico. Ya que, en ella se podrán visualizar más claramente qué objetivos fueron logrados y por qué alguno no, según sea el caso.
Así pues, existen tres tipos de recomendaciones. Las del punto de vista práctico, que van orientadas a cuando el proyecto es aplicado a una población en específico. En este caso, las recomendaciones irán orientadas a corregir errores, si existieron, en dicha efectuación.
También, están las recomendaciones más académicas, en donde se deberá dejar claro el por qué es importante seguir trabajando sobre ese tema en cuestión. Dependerá siempre de los temas abordados, pero aquí puedes también demostrar todos aquellos errores de este proyecto.
Finalmente, desde una perspectiva metodológica es posible hacer notar el por qué puede ser importante abordar diversos tipos de técnicas diferentes a estas. Ya sea porque sean más avanzadas para ese entonces o de igual forma pero empleando implementos diferentes.
¿Cómo se hace una buena conclusión de un proyecto?
Este punto es realmente muy ambiguo pues, no existe la forma establecida con parámetros estrictos para realizar una buena conclusión. Sin embargo, eso mismo hace que muchas personas cometan infinidad de errores al efectuar su realización de forma equivocada.
Es por ello que valdría mucho la pena resaltar ciertos aspectos que le confieren tal importancia a la hora de realizar este tipo de apartados. Lo principal es que el autor debe dejar plasmado que es lo que para él fue más importante de todo el desarrollo y efectuación de su proyecto.
A su vez, deberá indicar si se cumplió su objetivo principal y primordial, siempre y cuando pueda demostrar o negar sus hipótesis al mismo tiempo. Asimismo, no deberán tocarse puntos que puedan generar una nueva discusión, ya que precisamente lo que se quiere lograr es un adecuado cierre.
Sin embargo, si pueden añadirse posibles nuevas ideas que den pie a que se susciten investigaciones posteriores basadas en el mismo proyecto. Todo esto será visto como un aporte por parte del autor que posicionará mucho mejor académicamente hablando, su trabajo.
Como normativa general, lo ideal es que el texto no sea escrito en un número mayor a tres hojas. Además, es fundamental usar un lenguaje claro y preciso para poder transmitir el mensaje final de manera correcta y que no haya espacio para las dudas.
Asimismo, como se mencionó anteriormente, no existen parámetros muy establecidos para la realización de la misma. Siempre que tenga la posibilidad de manifestar a los lectores cuál es el mensaje que se quiere transmitir con claridad, no habrá ningún problema.
Fallas que debes evitar en una conclusión de un proyecto
Muchas personas cometen distintos errores a la hora de realizar adecuadamente una conclusión de un proyecto. Es común que a veces los autores tiendan a extenderse mucho más de lo que deberían.
Es en este punto en donde comienzan a hablar de cualquier cosa referente al tema, lo cual está errado. Una buena conclusión debe ser lo más detallada pero a su vez contextualizada posible para no desviar la atención principal.
Para poder crear una conceptualización final deseada se pueden tomar ciertos atajos, pero siempre se debe tratar en lo posible de sintetizar la información. Asimismo, una vez que se llega a este punto, es un error muy grande el no aportar nada novedoso.
Este apartado no es para que se vea texto repetitivo de lo anteriormente mencionado, sino más bien para adicionar. Es totalmente contrario a lo que vendría siendo la introducción. Una conclusión de un proyecto proporciona lo que se necesita para entender lo que se acaba de leer.
Finalmente, las conclusiones nunca deberán ser adaptadas a otras de ningún otro proyecto, así sean sobre el mismo tema. Ya que, es imposible que dos personas tengan exactamente la misma visión de una situación en específico.